Ansiedad


La ansiedad es temor o miedo por adelantado. Se teme algo que va a suceder en los próximos dos minutos, dos horas o dos años. Ese miedo por adelantado es disparado, fundamentalmente, por nuestra forma de pensar y percibir los acontecimientos diarios y los excepcionales, también.

No se puede no tener miedo. El miedo nos hace sobrevivir, es un alerta ante algo que se percibe como peligroso. Lo que trastoca el miedo en ansiedad, y de ahí al descontrol y a una necesaria consulta profesional, es la forma en que percibimos eso que disparó el alerta. Nuestros pensamientos nos gobiernan en términos de catástrofe: lo peor puede ocurrir. Nuestro cuerpo con sus diferentes manifestaciones físicas acompaña y agudiza ese temor. Se instala así un círculo auto perpetuante vicioso difícil de interrumpir.

Los pacientes ansiosos reportan sentimientos de inquietud, temor, tensión, indecisión y disconfort físico. Las personas ansiosas exhiben un estado de tensión generalizado, las respuestas que dan son inmediatas, tienen disconfort corporal (dolor de estómago, sudoración de  manos, etc.), son muy aprensivos y tienen híper alerta respecto del ambiente.

Para afrontar la ansiedad,  y aprender a  controlar esta emoción básica que es el miedo, existen numerosas herramientas psicológicas: sencillos ejercicios de respiración, relajación e imaginería guiada y resolución de los problemas disparadores de la ansiedad.

Vivir con miedo es vivir a medias.